28 mar 2013

Vocación

No recuerdo cuál fue la primera ocupación que dije que quería desempeñar de adulto.
Mi mamá dice que grifero, para estar cerca de los autos. Quizás desde entonces no tenía muchas ambiciones económicas, pero eso es tema para otro post.
La primera vez que dijiste que querías ser cuando seas adulta fue hace unos meses, aún no cumplías los 4 años. Dijiste quiero ser doctora, quiero curar a los animales.
Te explicamos que el nombre para un médico de animales es veterinario, con una gran e inolvidable sonrisa dijiste quiero ser veterinaria.
Coleccionas peluches de animales, juegas más con animales que con muñecas, quieres tener como mascotas un caballo, un perro y un gato. Felizmente te conformaste por el momento con la pareja de periquitos australianos que te compré hace un mes.
Lulú y Carlos aparentemente están contentos en su nuevo hogar, me recuerdas que les debo cambiar de agua, alpiste y el piso de periódicos.
Todos los días preguntas cuándo van a poner huevos para cuidar de los polluelos.
Cuando vamos al parque, me llevas por donde van los paseadores de perros.
Si se mantiene, sería una linda vocación.
En las últimas semanas has tenido otras inquietudes vocacionales, te gustan los dinosaurios (igual que a mí) y todos los días vemos DinoDan (niño esquizoide que ve dinosaurios en todas partes).
Escuchaste el término paleontólogo y me preguntaste qué significa, te expliqué que son las personas que se dedican a estudiar los huesos y huellas de animales antiguos.
Quiero ser paleontóloga dijiste, sonreí al recordar que ese fue un viejo sueño mío.
Recuerdo que quería descubrir nuevas especies de dinosaurios, vivir en campamentos alejados, tener aventuras en lugares inhóspitos.
El pequeño burgués que soy hoy, se tragó mis sueños de niño.
Falta mucho para que tengas que escoger algo en lo cual desempeñarte, sólo espero que sea lo que tú hayas soñado, sin condicionamientos de ningún tipo.